Cuando me diagnosticaron rectificación cervical, no fue una sorpresa. Mi cuerpo ya llevaba meses avisándome con crujidos sospechosos y dolores que no venían de ninguna borrachera. Pero igual jodía. Me sentí viejo. Roto. Oxidado. Así que, desesperado y en busca de ayuda profesional, pregunté en un grupo de WhatsApp si alguien conocía un buen fisio…
