Carmen siempre había sentido que la vida en su edificio era como un capítulo mal editado de una novela costumbrista: aburrido, predecible y plagado de silencios incómodos. Entre el alocado…
Carmen estaba frente al espejo, perfeccionando el delineado de sus ojos con la precisión de una cirujana, cuando su móvil vibró sobre la mesa. Lo ignoró. Esa era su hora…