Carmen siempre había sentido que la vida en su edificio era como un capítulo mal editado de una novela costumbrista: aburrido, predecible y plagado de silencios incómodos. Entre el alocado señor alemán del 101, que se queja constantemente del aumento del condominio, y la señora del 304, que olía a linimento mentolado incluso en los…
Carmen estaba frente al espejo, perfeccionando el delineado de sus ojos con la precisión de una cirujana, cuando su móvil vibró sobre la mesa. Lo ignoró. Esa era su hora de prepararse, y ya tenía suficiente estrés por intentar que ambos ojos quedaran simétricos. Sin embargo, el teléfono volvió a vibrar insistentemente. Dos veces. Luego…
