Ayer amanecí sin ganas de existir. De esas mañanas que saben a lunes aunque no lo sean. Me vestí sin ilusión, agarré las llaves y fui a la oficina convencida de que la productividad se consigue por obligación: si el mundo gira un sábado, yo también. Llegué, encendí la luz, preparé café… y a los…
No recuerdo exactamente en qué momento de aquella tarde empezó a fastidiarme la vida. Supongo que fue uno de esos días en los que nada está mal, pero todo está… demasiado normal. Y a mí la normalidad me da alergia. No sé si soy intolerante a la rutina o si sencillamente a veces necesito confirmar…
No sé en qué momento el chat dejó de ser una discusión y empezó a parecer un espejo. Quizás fue cuando ella me preguntó que si de verdad creía que mujeres y hombres éramos iguales. Y yo, que había prometido no meterme nunca más en debates imposibles, me descubrí escribiendo un ensayo emocional disfrazado de…
No recuerdo cuántas veces he estado en Madrid, pero cada una me ha dejado la sensación de estar en una ciudad que no termina nunca de acostumbrarse a sí misma. Esa noche no era la excepción. Había prometido encontrarme con unos amigos en un sitio de moda, de esos donde todo el mundo parece feliz,…
Estoy vivo desde el siglo XIX. Me llamaba José de Jesús y nací en 1835. Me casé con Francisca, mujer de trenzas gruesas y manos de maíz. Tuvimos a Juana, nuestra hija de mirada fija, y también a Rosa María, José y Epifanio. Vivíamos en Guacabra, un minúsculo pueblo del estado Lara, en Venezuela, muy…
Nunca he creído en la terapia tradicional. No porque no la respete —seguro ayuda a muchos—, sino porque yo no tengo paciencia para pagarle a alguien por escucharme sin interrumpirme. Además, los terapeutas no sirven vino, ni te preguntan cómo te fue en Tinder. Mi versión de la terapia es más barata y, sinceramente, más…
No tenía intención de escribir esto. De hecho, estaba decidido a cerrar el portátil, acurrucarme en una excusa y dejar que la noche fuese un pasillo sin puertas. Pero hay pensamientos que se comportan como huéspedes maleducados: se sientan en tu sillón, ponen los pies sobre la mesa, descubren tu lado sumiso, te dan órdenes…
Dicen que soy un sugar daddy. Y lo curioso es que lo dicen con una mezcla de burla y admiración, como si me hubiesen ascendido, como si ahora tuviese una jerarquía que no pedí. Yo no me siento un sugar daddy. Me siento un hombre de cuarenta y dos que a veces se ríe de…
Me subo al mismo autobús todos los días, a la misma hora. A veces pienso que, si un día me retraso o me despisto, los choferes se preguntarán qué habrá sido de mí. Porque sí, ya hasta soy amigo de ellos.
En ese horario suelen turnarse tres conductores: Jota, Nico y Tanausú. Cada uno tiene…
Mi hijo tiene seis años, pronto cumplirá siete, y ya manda correos electrónicos. Sí, correos electrónicos: esa cosa que los adultos usamos para trabajar, recibir facturas, discutir con el ente recaudador y confirmar vuelos que nunca salen tan baratos como aparecían en esa promoción que previamente había aterrizado en la carpeta de mensajes no deseados.…
