Mi hijo acaba de cumplir seis años. Seis. Si lo pienso bien, para él debe ser como un siglo, porque, en su pequeña cabeza, el tiempo no se mide como…
Estaba por expirar el domingo, eran las 11:11 de la noche y el día ya no daba para más. Había agotado toda la energía y mi cerebro estaba a punto…