Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

El del queratocono

Me diagnosticaron queratocono a los 14 años. Sí, justo cuando lo único que yo quería era ver nítidas las piernas de las chicas en el colegio y los goles de…

Ser guaro no es cualquier vaina

Hace unos años, cuando vivía en Barquisimeto, los domingos a las cuatro eran sagrados. Pero no sagrados tipo misa, no. Sagrados como las caraoticas con espaguetis en casa de mi…

La fisioterapeuta

Cuando me diagnosticaron rectificación cervical, no fue una sorpresa. Mi cuerpo ya llevaba meses avisándome con crujidos sospechosos y dolores que no venían de ninguna borrachera. Pero igual jodía. Me…

El sentido del humor

No sé si es la edad, o todas aquellas experiencias que viví —sobre todo en los últimos ocho años—, pero me he dado cuenta de que ya no conecto con…

Nuestro leitmotiv era el sexo

A veces pienso que todas las parejas tienen una canción. Nosotros no la teníamos. Nosotros teníamos un pulso. Un ritmo en la sangre. Una manera de mirarnos que cortaba camino.…

El del hilo negro

He pecado. Dije que sí a una boda después de diez años de matrimonio ajeno sin asistir a alguna. Y claro, la vida te pone exámenes cuando menos te apetece…

Un adolescente de 42 años

Me cuesta mucho aceptar que tengo 42 años. No porque me sienta más joven. Al contrario: hay días en los que, si me agacho, me tengo que quedar un rato…

Un sueño llamado Stephanie Cayo

Yo no creo en el amor a primera vista. Ni en las almas gemelas. Ni en la compatibilidad de signos. Soy de los que, cuando el horóscopo dice "hoy conocerás…

El agujero ya no está en el cielo

Yo crecí con miedo al fin del mundo. No por guerras nucleares ni por invasiones alienígenas, aunque las películas de la época se empeñaban en sugerir que esa sería la…

ESCRIBO PORQUE ME GUSTA Y PORQUE PUEDO

FREDDY BLAAN © 2025. Todos los derechos reservados.

Este sitio web es desarrollado por: