Hace seis meses que duermo con tres hombres a la vez y no es sencillo. No es como en las películas, donde todo fluye con armonía y cada uno sabe exactamente qué rol ocupar, como si fueran piezas de un rompecabezas perfectamente encajadas.
No.
Aquí cada día es un ejercicio de equilibrio, una danza constante…
